Una de las mejores escenas de «Avengers 2: La Era de Ultron» más emocionantes, desde la expectativa que generó en los trailers, es sin lugar a dudas la épica batalla entre Hulk y Iron Man con la armadura diseñada específicamente para combatir al Gigante Verde, la Hulkbuster. «Verónica» (haciendo referencia al personaje malgeniado de los comics de Archie) como la llama Tony, fue diseñada por él mismo y, para nuestra sorpresa, en compañía del mismísimo Bruce Banner (la versión «no violenta» de Hulk).  Dos grandes enseñanzas deja en mi vida esta situación:

Inicialmente ver involucrado a Banner en la construcción de un arma que fuese capaz de detener un desenfrenado y salido de control alter-ego.  Conocedor del potencial de maldad que puede desencadenar, estaba consciente de la necesidad de «algo» que pudiera frenarlo.  ¿Estamos conscientes de nuestro potencial de maldad?  No se asuste con lo que le digo, soy un abanderado de promover el reconocimiento y desarrollo de nuestro potencial; sin embargo, esta escena me hace ver la importancia de ser selectivo en lo que deseamos incrementar y conscientes de lo que debemos refrenar.

Cada ser humano posee una capacidad inmensa de generar bien, pero de la misma manera existe una contraparte que debemos tener presente y saber cómo controlar.  Nuestras palabras, pensamientos, habilidades, en fin,todo aquello que somos y tenemos puede ser un instrumento para crear o destruir y, por lo mismo, debemos estar atentos al momento en que nuestro «Hulk» puede aflorar y destruir lo que esté alrededor.

La segunda enseñanza que me deja, es la dimensión de «Verónica».  Grandes problemas requieren grandes soluciones.  Si Einstein mencionó que solo un tipo de pensamiento diferente al que generó el problema podría sacarnos de él, debemos también trabajar en cuanto a la dimensión de la situación en la que nos encontremos. Existirán momentos en que se requiera tomar decisiones drásticas, complicadas, difíciles.  No será sencillo para nosotros avanzar en generar cambios, es más, probablemente existan situaciones que en la que no podamos modificar las circunstancias y en las que el cambio más drástico a dar será el de nuestra propia forma de pensar.

«Verónica» logró controlar a Hulk, el trabajo intencional invertido en su construcción valió la pena.  Le animo a que, de la misma manera, pueda ser intencional en el desarrollo de estrategias que le permitan estar preparado para cuando esos grandes problemas se presenten a su vida.